Cita célebre

En esta vida hay que morir varias veces para después renacer.

Eugenio Trías



lunes, 24 de septiembre de 2012

Por favor, vayamos acabando

¿Nunca han pensado eso de "podría escuchar esta canción mil veces seguidas"? ¿O eso de "nunca me cansaré de ver esta película? ¿Nunca les ha pasado que después de varias veces, pierde el encanto, la chispa, y no es tan especial como era al principio? Esa misma sensación llevo experimentando dos años. Los mismos que llevan alargando el chicle para desvelar como Ted Mosby conoció a su señora esposa. Los mismos que llevan para concretar un final para la serie Cómo conocí a vuestra madre.

Mira que me gustaba esta serie al principio. Era fresca, diferente, divertida, novedosa... Pero ha sido, como tantas otras, víctima de su propio éxito. No sé si será culpa de los productores, los guionistas, la cadena que tiene los derechos o un contubernio judeomasónico, pero a fuerza de querer aplazar lo inaplazable se han cargado esa esencia que la hacía tan especial. Como han hecho tantas veces, tantas buenas series, queriendo se la sucesora de Friends. Y ahí es donde se equivocan, en intentar hacer una gran serie mirándose en el espejo de otro, y no sabiendo pulir las virtudes propias.

Y digo bien, es inaplazable. Tenía fecha de caducidad desde el mismo momento en que salió la idea. Y no ya porque para que la hija tenga unos 17 años en 2030 - año en que se narra - deba nacer en 2013. Sino porque estas series de éxito son verdaderos creadores de mitos. Ya pasó con Friends, con la que el que más (Jennifer Aniston) y el que menos (Matt LeBlanc) no ha tenido problemas para seguir trabajando de la interpretación. Y es normal que ya esté pasando con Cómo conocí a vuestra madre. Desde el "veterano" Neil Patrick Harris (que protagonizara una serie allá en los ochenta antes de encarnar al mujeriego Barney Stinson), pasando por las actuaciones de Alyson Hannigan en la saga de American Pie, o los más recientes Cobie Smulders o Jason Segel (Los Vengadores o Bad Teacher, respectivamente). Y es lo más normal del mundo, a nadie le gusta encasillarse en un papel y que luego no te saquen de ahí.

Curiosamente, el que menos peso ha tenido a posteriori de la serie es el teórico protagonista principal. Josh Randor, o Ted Mosby, como gusten. Ese mismo que lleva siete años (ocho con el que arranca hoy) contando la historia de cómo conoció a su santa esposa. Y esos hijos que tienen una paciencia infinita no pegan un puñetazo en la mesa y se van a dar una vuelta con sus amigos. Y es que una historia que tiene fecha de caducidad es absurdo prolongarla más de lo estrictamente necesario, y no iniciar conversaciones para una nueva temporada, como se rumorea. Así que, señor Mosby se lo pido por favor, vamos acabando la historia de cómo conoció a la madre de sus hijos.

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