Cita célebre

En esta vida hay que morir varias veces para después renacer.

Eugenio Trías



martes, 1 de enero de 2013

Año nuevo...

Pues ya se acabó el año 2012. El año en que se iba a acabar el mundo según los mayas; el año en que se iban a empezar a notar los resultados de los recortes del gobierno (aunque por lo visto ahora va a ser el 2014, ahí, con visión de futuro); el año en que fuimos, otra vez, campeones de Europa y poco más, que Londres no se nos dio del todo bien. Un año, a nivel global, como tantos. Un año, a nivel particular, de los que recordaré más por lo malo que por lo bueno. Que también lo ha habido, y mucho.

Ayer vi a muchos hacer  balance. Los muros de facebook, los timelines de twitter, los estados de tuenti y no se qué cuántas cosas más, se plagaron de todo lo que había pasado a lo largo de los últimos 365 días anteriores, y sobre todo de buenos propósitos para los siguientes. Pero después de lo vivido tengo muy claro que los buenos propósitos son sólo eso: propósitos. Los mismos que tenía el gobierno cuando subió al poder. Los mismos que tenían los mayas cuando hicieron su calendario. Y miren cómo les ha salido la jugada a ambos.

A modo de balance se podría decir que lo mejor de 2012 es que ya ha pasado, y ha traído consigo a 2013. Me da buenas vibraciones este año. Será porque soy un tanto, llámenlo fetichista o supersticioso, pero el 13 es un número que me gusta. Por más que se empeñen en vilipendiar esa cifra, asociándola a cuestiones agoreras. Ya he dicho que no pienso hacer granes planes, ni desvelar grandes propósitos que luego se vean frustrados. Lo que sí que hago es dar la bienvenida a un año que trae consigo algo muy importante: ha dejado a 2012 atrás. Y trae fuertes bríos de cambio.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Querido Presidente del Gobierno

Querido Presidente del Gobierno:

Este año he sido todo lo bueno que puede ser alguien que pasa la gran mayoría del tiempo en su casa, sentado frente al televisor, el ordenador o cualquier otro aparato atontador, después de echar una mano en casa y saturar las bandejas de entrada de varias empresas a base de enviar mi currículum.

Este año lo único que le pido es lo mismo que llevo añorando desde hace año y medio que acabé mis estudios: un trabajo. Aunque sea uno que no tenga nada que ver con lo que me costó - literalmente - sangre, sudor y lágrimas. Un aliciente que me ayude a levantar mis casi treinta primaveras cada mañana de la cama sin sentirme una lacra para mis padres... que bastante les cuesta a los pobres ya. Y no porque les entre precisamente poco dinero en casa, que la pensión de mi padre es de las gordas. Pero es que entre unas cosas y otras se les va absolutamente el presupuesto, y hay meses que no llegan.

Ya sé que tiene que ser complicado, pero estoy seguro que algo tiene que haber que usted pueda hacer. Y me refiero a algo que realmente sirva para encontrar trabajo, y no a la serie de atropellos que se están llevando a cabo. Porque por más que lo intento, no entiendo la relación entre subir el I.V.A. trece puntos (que se dice muy pronto) y que un chaval recién licenciado no encuentre trabajo ni en un voluntariado. Lo siento, soy así de corto de entendederas. Tampoco entiendo la culpa que tendrán los funcionarios, que se han matado estudiando para ser los mejores de sus promociones para tener un trabajo. Esos mismos a los que se les quita su paga extra, se les baja el sueldo, y por prorrateo pierden un pellizco interesante. Ejemplos hay muchos, pero dicen que el mundo se acaba en un par de días, y quiero disfrutar el poco tiempo que nos queda.

Con lo fácil que sería cargarse un buen puñado de cargos políticos innecesarios. Que si asesores de consejeros de delegados de su puñeterísima madre... a tomar viento fresco. Pero claro, entonces se les acabaría el chupar del bote a primos, cuñados, yernos y demás arrimados. Se lo pongo más fácil aún: pida el dinerito prestado a Europa, que la Merkel no va a poner muchas pegas. Pero claro, entonces ellos controlarían de donde se tienen que reducir las partidas de gastos. Y uno va hilando, va hilando, y ve que de donde le mandarían recortar es de donde ya le he sugerido antes. Evidente... todo lo demás ya lo ha recortado usted.

No quiero que se tome esta carta como un ataque personal. No lo responsabilizo exclusivamente por la que está cayendo, que los que estaban antes tampoco le andan a la zaga. Si me dirijo a usted es porque es el máximo representante de la casta política española. Y aprovechando que ha salido la palabra casta, hago un giro poético para decir sin ningún rubor que me cago en ella, en su casta, en la de los políticos españoles que nos han llevado a una de la peores Navidades que este país recuerda.

viernes, 14 de diciembre de 2012

Las muñecas de Famosa

Decía un anuncio navideño allá por los noventa que "las muñecas de Famosa se dirigen al Portal". Este año me parece a mí que los inquilinos de la cueva de Belén, mula y buey a la cabeza, no estarán muy contentos de recibir visitas de muñecas. O por lo menos de las que están de moda este año.

Y es que la otra tarde me estuve dando un paseo por unos grandes almacenes y, aunque ya ni tengo años para eso ni para tener críos en casa, cogí un catálogo de juguetes. Para mi estupor, que no sorpresa, los juguetes son cada vez más feos. Qué digo feos, espantosos. Y algunos incluso de jactan de ello y aprovechan el tirón para sacar unas muñecas con las patas larguísimas y la cabeza enorme, con unas pintas de adolecestes emo, góticas, o vaya usted a saber el grupo social, que tiran de espaldas.

Pasando páginas me tranquilizo un poco: todavía quedan pinipones y pequeños ponys. Pero al mirar con detenimiento, otra vez el estupor... se los han cargado. Los Pinipón con los que jugaba mi hermana se han modernizado. Ya no son lo muñequitos cabezones, de tres piezas (cuerpo, cabeza y peluca), sino que se han transformado en algo a caballo entre lo que eran antiguamente y dibujos de manga japoneses. Un esperpento, vamos. Algo parecido le ha pasado a los equinos, que ya no son rechonchetes como antes, sino que se han estilizado, haciéndolos irreconocibles al nacido antes de 1999.

Aunque horribles, todavía hay que agradecer que haya juguetes a disposición de las cartas a Sus Majestades. Cada vez priman más los cacharros, que lo dan todo mascadito, que la imaginación. Para los padres es más fácil plantar al chiquillo como un mueble más enfrente de la tele, o enchufarlo a la videoconsola (para las que, por cierto, han sacado otros muñecos feísimos que se enchufan y les sacan toda la pasta a los desgraciados que quieran coleccionarlos todos). Eso de las tardes de parchís, oca u otros juegos, ya ha pasado de moda.

Yo, como buen pureta que estoy hecho, cada vez hecho más de menos aquellos años en los que yo tenía edad de escribir una carta con todo lujo de detalles a los Reyes Magos. Aquello sí que eran buenos años. La última generación que combinó, como Dios manda, jugar en la calle, los juegos tradicionales, y los primeros coletazos de nuevas tecnologías con aquellos ordenadores primigenios y las consolas de 16 bits. En fin, los tiempos cambian. Y, en según qué cosas, no siempre para bien.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Holanda ya se ve

A Su Santidad, don Benedicto XVI, se le está yendo la olla completamente. No cabe otra explicación. Porque ya la semana pasada salió que el Sumo Pontífice había publicado un libro en el que se cargaba de un plumazo a dos de las figuras más carismáticas del Portal de Belén. La mula y el buey nos los podemos ahorrar este año, según Ratzinger.
Bueno, una mera anécdota de un libro que habla sobre la infancia de Jesús. Pero es que ahí no paró la cosa. Ayer me entero de que los Reyes Magos, que de toda la vida de Dios han venido de Oriente, ahora resulta que no, que vienen de Occidente. Del Occidente de Palestina, de Israel y de toda Europa entera. Del reino de Tartessos. Vamos que Sus Majestades eran andaluces, como el gazpacho. Que le dan ganas a uno de escribir a la nueva cuenta del Papa para preguntarle de dónde salen esas revelaciones.
Y es que uno, andaluz de nacimiento, se imagina ya la carta que algún crío escribirá a los Reyes. El encabezado podría ser algo así como "Querido Melchor, ¿qué pasa miarma?" o "Gaspar, pisha, este año he sido la mar de bueno". Y tal como ha estado siempre la cosa por el sur de España, los presentes que le presentaron al Mesías dudo muy mucho que fuesen oro, incienso y mirra. Por respeto a mis paisanos, me guardo para mí mismo qué podrían partir en caso de haber salido de Despeñaperros para abajo.
Quizás el Papa se ha equivocado con tantos acontecimientos que tuvieron lugar en torno al nacimiento del Niño Jesús. Entre que no hubo estrella, sino una supernova y una alineación de planetas (ésta es grande, no hay estrella porque sería raro, pero no toca el dogma de la virginidad de María... Ratzi, aclárate, hombre), que en el portal no había animales, pero sí pesebre con paja fresca, y que los villancicos dicen que los Reyes tiraron por Holanda para ir a Belén, no es de extrañar que Su Santidad de haya hecho un cacao monumental. La conclusión a la que lleva toda esta historia es que los que eran andaluces no eran los Magos de Oriente, sino la mula y el buey. Y por eso no estaban cuando nació el niño. Como buenos andaluces llegaron a deshora.

viernes, 5 de octubre de 2012

¡Qué clásico!

¿Se han enterado algo de un partido de fútbol que hay esta semana? Es que me ha parecido escuchar algo, pero no estoy muy seguro. Los telediarios han mencionado algo de pasada. La prensa le ha dedicado algún que otro breve. Alguna que otra valla publicitaria de una compañía de televisión por cable, que lo usa como reclamo... poca cosa.

Han pillado la ironía del párrafo anterior, supongo. Pero bueno, todo lo anterior lo puedo tolerar. Con no ver el tiempo de deportes de los informativos, con no abrir un puñetero periódico - generalista, por supuesto, los deportivos esta semana me producen el mismo efecto que un libro de Punset a Belén Esteban -. En definitiva, con aislarme es suficiente. Pero la gota que ha colmado el vaso es que en la que se autoproclama televisión del deporte me vendan que van a dar la "mejor previa" Celta - Sevilla y cuando enciendo el televisor me veo a un morenito que jugó en uno de los implicados en el gran partido de este fin de semana, pegarle una patada a uno del otro equipo... y Andújar Oliver comentando por qué no se pitó falta.

Que sí, que me parece perfecto que esos dos equipos sean los que más atención de los focos mediáticos atraen. Puedo llegar a entender que sean los que más cobren de las televisiones (no las desproporcionadas burradas que cobran respecto a otros equipos, por supuesto). A lo que no le veo lógica es a que se margine tan descaradamente al resto de equipos de primera división. De los de segunda ya ni hablo, porque se le caen a uno los palos del sombrajo. Lo que me parece absurdo es que le dediquen media hora de informativo a una rueda de prensa de un entrenador, que más que entrenador es provocador, mientras que a una polémica arbitral que pudo acabar en escándalo, se le dedican escasos segundos en una crónica de medio minuto.

Pero yo no sé de qué me extraño. España cada día más me parece un país de pandereta, peluca y nariz colorá. Da igual que te vayas a un simple espectáculo, como al fin y al cabo es el fútbol, a política, sindicatos, u otros ámbitos. Hay dos peces grandes que miran con superioridad al resto de peces pequeñitos, esperando que no levanten la voz, porque si no se los comen sin clemencia ninguna. Y lo triste es que los peces pequeños no se dan cuenta que juntos son más fuertes. Y no lo harán mientras que tengan pan y circo. Y eso sí que es un clásico.

martes, 2 de octubre de 2012

Dudosa legitimidad

Me gusta ver las noticias cuando hay elecciones, en otros países, de cuestionable legitimidad. Me encanta ver las muestras de fervor de todos los candidatos y sus seguidores asegurándose ganadores por mayoría aplastante. Ahora toca Georgia, uno de tantos países que salieron del bloque soviético, en el que todos los apellidos son impronunciables y acaban en -ili. Un millonario con uno de esos apellidos de trabalenguas, pro ruso, no se pone de acuerdo con su rival, pro europeo, en quién ha ganado. Lo lógico cuando se trata de comicios, ya verán cuando Obama haga frente a Romney en un par de meses.

Como decía, me gustan los informativos cuando hay elecciones fuera de nuestras fronteras. Se vaticinan curvas y situaciones de lo más dantesco. Lo triste es que aquí, donde la legalidad no es tan cuestionable, también se dan situaciones de lo más esperpéntico. Ayer les tocó el turno a los funcionarios de prisiones. Como no llevan pasado nada las criaturas entre congelaciones, bajadas, vacaciones que se esfuman, ahora cogen y meten la pata hasta el fondo con el concurso de traslados.

Les pongo en situación. Cada cierto tiempo se ofrece la posibilidad de cambiar de destino. Cosa lógica que un chaval de Málaga quiera alejarse de la fría Soria y volver a su hábitat natural. La verdad es que no tengo ni idea de cómo funciona, qué méritos hay que tener y todos esos berenjenales. Lo que sí sé es que cuanto más tiempo lleves en un sitio, más posibilidades tienes de que te den el destino que quieres. Pues resulta que a primeros de este año se ofreció concurso de traslado; concurso que quedó resuelto hace escasas dos semanas, y que ha sido una chapuza digna de países de dudosa legitimidad.

Después de más de seis meses esperando para saber si van a poder volver a casa como el turrón lo hace por navidades, a los señoritos del ministerio comandado por el señor Fernández Díaz no se les ocurre otra cosa que ofrecer a la gente de prácticas, que son los que menos llevan, más plazas que al resto de funcionarios, que llevan aguantando en el quinto pino Dios sabe cuánto. ¿Qué pasa con ésto? Evidentemente, lo que  tenía que pasar. Los veteranos se han coscado de que han intentado metérsela con lomo, y se han mosqueado. Consecuencia, la lógica también: el concurso se anula y se tienen que volver a asignar las plazas.

Así que después de esperar el tiempo que hayan tenido que esperar lejos de sus casas, después de tratar de descifrar los documentos para solicitar el traslado, después de seis meses de espera, después de que el destino puede que no fuese el que tenían en mente, después del tiempo que tienen que esperar a que se haga efectivo el traslado, después de todo, tienen que seguir esperando, Dios sabe el tiempo. Porque si para el concurso irregular han tardado medio año no quiero pensar lo que van a tardar en hacer bien las cosas.

Y mientras las criaturas, a las que ya les has recortado todo lo recortable, esperando para saber qué va a ser de ellos. Con lo práctico que es hacer las cosas bien desde el principio. No hace falta irse a repúblicas de la antigua Unión Soviética para ver como el caos se apodera de algo tan simple como un recuento de votos, por muy complicados que sean los apellidos de los candidatos. Aquí mismo, a la vuelta de la esquina, se viven situaciones casi tan patéticas y con el mismo grado de dudosa legitimidad.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Pelotas

Me he pasado gran parte de la tarde buscando un título para la entrada de hoy. Incluso lo he hecho mucho antes de saber qué puñetas quiero expresar con exactitud. Y creo que he acertado con el que le he puesto. No sé, juzguen ustedes mismos.

Pelotas de goma que ha lanzado la policía a los manifestantes que se apelotonaron en las puertas del Congreso, todavía no me acaba de quedar claro para qué. Porque escuché a un tonto de las pelotas decir en un telediario que su objetivo era "que los políticos escuchen al pueblo, que dimitan y dejen el poder a las personas". Todo un intelectual oiga. Por lo menos los indignados cumplieron su promesa y no entraron por pelotas en el Congreso. Ni entraron, ni dejaron entrar, que Gallardón se tuvo que dar media vuelta y volverse con el rabo entre las piernas; y Soraya Sáez de Santamaría creo que todavía anda dando vueltas a ver por dónde puede colarse.

Si respetaron su palabra a la hora de no liarla parda en la Cámara Baja, no hicieron lo mismo con las leyes. Porque de respetar la hora que puso la delegada del Gobierno, naranjitas de la China. Y de nuevo tuvieron que salir a pasear las pelotas. Esta vez las de goma de los antidisturbios. Madre mía la que se lió por allí. Parecía Sarajevo en los años noventa más que Madrid. Y claro, tú no respetas, yo cargo, y al final se lia un follón de pelotas... con un puñado de heridos, periodistas lisiados, manifestantes detenidos, policías contusionados y cualquiera de ellos medio atropellado por una ambulancia. Ahí, dando buena imagen. Como estamos tan bien.

Y a todo esto, la jornada de palos, sentadas, carreras, insultos y peticiones más o menos descabelladas, no había acabado, cuando volvieron a salir de paseo las pelotas. Concretamente las de fútbol. En el Ramón Sánchez Pizjuán. Una pachanga organizada para homenajear al que ha sido leyenda del sevillismo, Freddy Kanouté, entre sus colegas y los que fueron sus compañeros en las grandes gestas sevillistas, y de paso recoger fondos para una buena causa. Como que sacó más de medio millón de euros para su ciudad de los niños en Mali. Y lo mejor de todo es que una pachanga, que rozó el nivel de un partido de solteros contra casados, congregó en un recinto a más personas que las que se reunieron en los alrededores del Congreso para protestar contra la clase política. Algunos acudirán al manido "pan y circo". Otros dirán que fue un éxito. Lo que está claro es que la convocatoria del 25-S no fue tan seguida como un partido de interés futbolístico cuestionable. Y es que al final, todo es cuestión de lo mismo: de pelotas.