Cita célebre

En esta vida hay que morir varias veces para después renacer.

Eugenio Trías



domingo, 16 de septiembre de 2012

La princesa está triste...

No sé si se han enterado de una noticia que me tiene completamente conmocionado. Cristiano Ronaldo está triste. Uno, al enterarse de tal desgracia, no puede evitar que le vengan a la mente aquellos versos que rezan "la princesa está triste, qué tendrá la princesa". Aunque desde luego, si la princesa tiene un poco de idea de fútbol español, no es difícil imaginarse por qué los suspiros se escapan de su boca de fresa.

La princesa CR7, de la corte Real de Madrid, vestía ayer un vestido de gala verde. Habrase visto. Lo de los diseñadores es cada año más sangrante. Ya no saben qué hacer para llamar la atención. Se ven cosas esperpénticas, como ver a la princesa vestida de verde y plata. Para el recuerdo quedarán verdaderas joyas del diseño, como ver al Sevilla de rosa, al Betis de naranja, al Barcelona de degradado de Photoshop, o al Recreativo perfectamente ataviado para ir de romería.

Así no podemos pretender que la liga española sea seria. Si ni los propios equipos se lo toman en serio. Que los colores de un equipo son su seña de identidad. Se empieza por perder eso y se acaba con lo que nos está pasando en la que llaman mejor liga del mundo. Una liga de pandereta, en la que las televisiones hacen y  deshacen a su antojo. En la que la propia federación maltrata a los aficionados haciendo que vayan a un estadio un lunes a las once de la noche. Las televisiones están ganando la partida. Es más cómodo pagar un puñado de euros al mes y ver los partidos plácidamente sentado en el sofá que ir al estadio y respirar la verdadera esencia del fútbol.

Es así de triste. Las plataformas audiovisuales, esas que echaron a las radios de los estadios el año pasado, están acabando con el espectáculo que dan los fieles en las gradas. Y de paso se están encargando de adulterar cada día más la competición. Con el amparo de los clubes, por supuesto. Unos clubes que a todo dicen "sí, bwana" por ser los que más migajas recogen de las pocas, cada vez menos, que Madrid y Barça dejan. Y ay de ti como te atrevas a levantar la voz. Los grandes por la gracia de Roures van a hacer que te arrepientas a base de influencias federativas. Que para eso son grandes y los demás pequeños. Igual que pasaba en Escocia, pero con menos pelotas para mandar a freír monas al que no paga.

Y los aficionados, que al fin y al cabo somos los que sustentamos este circo, ajo y agua. Hasta el día que todo esto explote. Y entonces a saber qué pasa. Quizás por eso está triste la princesa, porque más allá de un ego de diez millones de euros anuales, también sea aficionado al noble deporte del balompié. O quizás sus penas se acabasen con otro par de milloncejos en su cuenta corriente. Y mientras, el común de los mortales a pagar por verlo pegarse carreritas y arreglarse el pelo por los campos de una liga manipulada. Qué tristeza más grande.

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