Cita célebre

En esta vida hay que morir varias veces para después renacer.

Eugenio Trías



lunes, 17 de septiembre de 2012

La paja en el ojo ajeno

Me levanto esta mañana, pongo el desayuno, friego los platos y mientras paso por el salón miro el televisor ¿y qué veo? Esperanza Aguirre en rueda de prensa, con un nudo en la garganta, anunciando que dimite de sus funciones políticas. Inmediatamente me meto en Internet para ver qué puñetas ha pasado, y ¿qué veo? Twitter hirviendo. La ya expresidenta de la Comunidad de Madrid es trending topic, y no siempre con comentarios de muy buen gusto.

Para no entrar en valoraciones de lo que me parecen ciertas bromas (espero que se trate de bromas), me quedaré con los que tantísimo se alegran porque Esperanza Aguirre haya dimitido. No ya los que la criticaban cuando estaba en activo, porque Aguirre ha sido siempre una política que ha dado que hablar. No a todos les cae bien su forma agresiva y sus dos pelotas. Ya de ideologías ni hablo. Estar en la palestra tiene que estás en el ojo del huracán, y es lo que hay. Y siempre ha sabido capear con los temporales. Lo habrá hecho mejor o peor, con más o menos acierto. No lo sé, no soy madrileño, y lo más que he estado por allí ha sido de paso. Pero sorprende que alguien que es tan horriblemente malo arrase una y otra vez en unas elecciones.

A los que me refiero es a los cínicos que dicen "ya era hora", "a Madrid le irá mejor sin ella", y sin embargo defienden las políticas autonómicas, por poner un ejemplo, en Andalucía. Esos que no dicen nada de los ERE, de las mariscadas a costa de Mercasevilla, de que ni Griñán ni Chaves se hayan presentado en la comisión que investiga todo ésto... Los que aplauden que Sánchez Gordillo entre a punta de bofetada en supermercados para llevarse lo que le plazca, o que con sus jornaleros justicieros okupe un hotel para pegarse un chapuzón en la piscina. Los que se echan las manos a la cabeza porque en Madrid vaya a haber un cambio sin gobierno sin comicios y no se acuerdan de que al sur del sur pasó lo mismo cuando a Chaves lo llamó Zapatero para chupar del bote en Madrid. Esos que miran el color de quién lo hace, pero no mira el qué se hace.

Así que, desde este humilde rinconcito que me ofrece Internet, propongo a aquel que lea ésto haga un ejercicio de reflexión antes de despotricar. Es que en España somos campeones mundiales en ver la paja en el ojo ajeno, pero la viga en el nuestro se nos resiste.

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