Cita célebre

En esta vida hay que morir varias veces para después renacer.

Eugenio Trías



sábado, 29 de mayo de 2010

Reflexiones desde la incertidumbre

Cómo cambia la vida de una persona en tan sólo una semana. Un día estás en lo más alto del mundo, y poco después en el más profundo y sombrío de los pozos. Yo lo más triste de todo es que no sabes el motivo. Nadie te da una explicación de qué has hecho mal, en qué has fallado.
Los acontecimientos te hacen cambiar la perspectiva. Hace dos meses no tenía nada, pero las cosas cambiaron súbitamente, sin yo pretenderlo. Se me alzó a los altares más celestiales de un momento a otro. Mantenerme ahí me costó sangre, sudor y lágrimas, y aunque los elementos parecían muchas veces en mi contra, luché contra ellos. Parecía que podría conseguirlo, pero el destino es cruel.
Demasiado cruel. Todo lo que había ganado me fue arrebatado de golpe. Y lo peor de todo es que no sé demasiado bien qué ha pasado. Súbitamente, lo que vino como brisa fresca, se esfumó, como si de un espejismo se tratase. Literalmente, de un día para otro. De la manera más cruel. Puede que sin merecerlo.
Pero es cruel porque hace dos meses yo estaba resignado a mi patética situación. Y se me ha hecho creer que podía conseguir lo que me placiese. Ahora, el Otro del que habla Paulo Coelho en A orillas del río Piedra me senté y lloré se ha apoderado de mí. No soy el de hace una semana, pero tampoco soy el de hace dos meses.
Estoy triste, pero no derramo una lágrima. Esa pena y esa rabia se están transformando en ira, que van a parar a quien menos lo merece. Y me siento extremadamente solo, pese a estar rodeado de mucha gente. Es cierto que las personas van a su aire, pero hasta ahora no me había pesado tanto. No tengo fuerzas, ni ganas de comer o reir. Me estoy convirtiendo en un espectro de lo que era. De lo que llegué a ser por capricho del destino. Ese mismo destino cruel, que en un abrir y cerrar de ojos se ha burlado de mí, dejándomen en la más absoluta de las estacadas.

1 comentario:

  1. ¿Cómo que estás sólo?
    Que yo recuerde seguro que tienes gente que te aprecia, ya sea en Montequinto, Nueva York o El Trobal
    Qué me vas a contar a mí, Antoñito. El camino se diseña así de singular, a su manera. Y es que es díficil comprender muchas veces el curso de los acontecimientos, comprender qué ha pasado, como tú dices, saber en qué ha fallado uno. Me encuentro en la misma situación que tú. No me merezco lo que estoy pasando, ni mucho menos, pero al igual que el amor llega cuando menos te lo esperas, lo mismo ocurre con los fracasos y las desilusiones.
    A mí también me gustaría ser el de antaño. Lo intento. Y me cuesta. Me es imposible soportar muchas actitudes y recuerdos. Pero aquel que nunca se da por vencido es el realmente grande.
    Así que ya te quiero ver a pleno rendimiento y aprovechando cada segundo de existencia, aunque a veces la vida sea tan insulsa y anodina. Para cualquier necesidad, ya sabes dónde encontrarme, que para los amigos superlativos siempre está uno disponible. Un abrazo y arriba, que siempre hay sueños a los que aspirar.

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