Cita célebre

En esta vida hay que morir varias veces para después renacer.

Eugenio Trías



domingo, 16 de mayo de 2010

Los sueños se cumplen

Sí, los sueños pueden cumplirse. Evidentemente no todos los sueños, pero hay algunos que sí es posible realizarlos. Hay sueños que están al alcance de nuestra mano, y aunque parezcan absurdos, le alegran a uno la tarde.

Hoy he conocido a dos de mis referentes. A esas personas que hicieron, gracias a su obra, que mi afición por la lectura naciese de una forma que nunca hubiese imaginado cuando tenía quince años. Hoy he tenido el gusto de saludar a Matilde Asensi y estrecharle la mano a Arturo Pérez-Reverte.
Resulta curioso la manera en que empecé a leer. Mi primer libro, ya con mentalidad de adulto, fue La piel del tambor, del autor murciano. Una obra que, posiblemente por estar ambientada en calles que estoy harto de recorrer, me enganchó de una manera que ningún otro libro lo había hecho. A partir de ese momento procuré conseguirme todo lo que iba saliendo de él: La tabla de Flandes, El húsar, El maestro de Esgrima, La Reina del Sur, La carta esférica, El pintor de batallas... y por supuesto, la obra que me acercó un poquito al mundo con el que me gustaría ganarme la vida algún día, el Periodismo. Esa misma que me ha firmado esta tarde. Territorio comanche. Por esa misma que me ha dicho, entre risas, que no se hace responsable de que me haya metido en este mundillo.

Una vez que acabé con todo lo que había salido de Pérez-Reverte me vi desolado. No sabía qué leer. Hasta que, casi por azar, cayó en mis manos El último Catón. Y ya digo, fue completamente por azar. De esas veces que no sabes qué pedir en El Círculo de Lectores, y pides por pedir. Y sin duda fue un acierto. Una aventura trepidante como no había leído hasta entonces. Un capitán de la guardia suiza que, pese a no ser el protagonista absoluto, me atrapó por su forma de ser. A partir de ahí, caí en la trampa de Asensi: Iacobus, Todo bajo el cielo, El salón de ámbar...

Y hoy, he tenido la suerte de conocerlos. En la Feria del Libro de Sevilla me han firmado cada uno una de sus obras, y he podido compartir con ellos unos minutos. Uno de mis sueños hechos realidad. Y es que, a veces, los sueños se cumplen.




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