Cita célebre

En esta vida hay que morir varias veces para después renacer.

Eugenio Trías



lunes, 17 de mayo de 2010

El efecto Gorosito


He de confesarlo. Cuando el año pasado el Xerez ascendió a Primera tenía muy claro cual iba a ser el máximo candidato al descenso. Máxime cuando el responsable de adoctrinar a un grupo que, a mediados de agosto contaba con trece jugadores en su plantilla, era Ziganda. Las jornadas iban pasando y en la primera vuelta, el Xerez iba camino de batir el anti-record de aquel Sporting de Gijón que bajó con catorce puntos. Al final de la primera ronda, contaba con 8 puntos. Normal que cesaran al Cuco.

La nueva directiva xerecista, de máximo accionariado argentino, apostó por Néstor Raúl Gorosito. Y he de confesar que también me hizo cierta gracia este fichaje. Un entrenador completamente desconocido en España, sin experiencia fuera de su Argentina natal, no bastaba para salvar a un equipo desahuciado.

Pero algo cambió en Jerez de la Frontera. El Pipo le dio otro aire al equipo, la dinámica cambió, y el Xerez hizo una segunda vuelta espectacular. Lo que parecía imposible al final de la primera vuelta, se empeza a ver con otros ojos. Las distancias insalvables con los rivales se iban reduciendo, y los directivos azulinos comenzaron las conversaciones con el técnico de Buenos Aires para prorrogar su contrato.

Llegaba el Xerez a la última jornada con opciones reales de salvarse. Máxime cuando sus máximos rivales jugaban contra Madrid y Barcelona (que se jugaban ser campeón) y el Valencia (que jugaba en casa con el objetivo de brindarle la victoria a Rubén Baraja en su último partido como ché). También pululaba por ahí el Rácing, que jugaba contra el Sporting. Sin embargo, el milagro de la permanencia no llegó a obrarse en una tarde de nervios y transistores. El Xerez empató en el Reyno de Navarra, y eso no le bastaba para aferrarse a la élite del fútbol español.

Con todo, la labor de Néstor Gorosito no ha pasado desapercibida. El Pipo ha demostrado un gran saber hacer, lo que le ha valido para entrar en las quinielas para sentarse en un banquillo de la élite la próxima temporada. Aunque, dicho sea de paso, estaría bien verlo sentado en el banquillo de Chapín el año que viene, para que logre devolver al cuadro azulino a la élite, y demostrar así que el 'efecto Gorosito' no es fruto de la casualidad.

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