Cita célebre

En esta vida hay que morir varias veces para después renacer.

Eugenio Trías



martes, 21 de junio de 2011

Libertad, que hermoso nombre tienes

Se acabó la primera etapa. Lo más difícil ha pasado y ahora se presentan unos días en los que voy a poderme dedicar a mí y nada más que a mí. Unos días en los que gozar de una más que merecida libertad.

Libertad, que bien sientas para, recien acabado un examen, darte un paseo por la vieja Triana. Bajarte del autobús al lado de la calle Castilla, donde preside un Cristo que expira, y caminar sin prisas por la Ronda, para acabar en la bulliciosa San Jacinto, con sus abuelos paseando con sus bastones y sombreros, con sus marujas que vienen de la compra en la puerta de alguna tienda, con sus escaparates... con su capilla de la Estrella. Llegar al Altozano y torcer hacia calle Pureza, donde, en su altar, te espera uno de los más bellos de los rostros que el hombre ha dado a María.

Libertad, que bien sabes en un helado o en una lata de Coca Cola. Sin prisas. Sin agobios. Sin presiones. Libertad, me sabes a gloria bendita cuando te haces una tapa de caracoles, acompañada por una cerveza bien fría.

Libertad, me suenas a música celestial en la voz Bruce Sprinsteen. Poder escuchar tranquilamente esa discografía, que tengo pendiente desde hace meses. Disfrutar de la E Street Band a la que , por desgracia, Clarence Clemons ya nunca volverá.

Libertad, cuanto te disfruto tirado en la cama disfrutando de un buen libro. O jugando un partido de fútbol. O volviendo a enchufar la Play Station que llevaba tiempo acumulando polvo. O simplemente no haciendo nada.

Libertad, qué alegría me has dado cuando me has susurrado al oído que ya era hora de volver a abrir el blog, abandonado a su suerte desde tiempos inmemoriales.

Me encantas Libertad. Sé que no estarás conmigo para siempre. Aferrarse a tí es una idea absurda. Por eso pienso disfrutarte al máximos estos días que vas a estar conmigo.